10 días. Hace que nos volvimos a ver por segunda vez eso, 10 días. Llevaba (llevábamos, creo) unos días tensos, con mucha presión encima y necesitaba desconectar. Y no pudo haber mejor regalo de cumpleaños adelantado que un fin de semana de motos en la mejor compañía, la de Lorena Sánchez Lorenzo, mi bicha, mi todo.
De verdad que ya no sé como agradecerte tanto, lo que haces por mí, lo que me das, todo. Quería darte las gracias, por hacerme olvidar durante 72 horas todo, por hacerme sonreír 4320 minutos seguidos, por estar a mi lado 25900 segundos. Que no imaginas lo importante que eres para mí y lo que necesito cada uno de esos abrazos espontáneos, y los besos sin motivo, y las miradas de reojo, mucho, más que el vivir.
También, que no creo en la distancia, nuestra fuerza puede con todos los kilómetros que no separan, con esos y con más. Sé que soy pesada repitiéndote siempre lo mismo, pero no soy capaz de olvidar aquello que me dijiste de "la distancia más corta entre dos personas es la sonrisa". Aunque me apetezca llorar, encerrarme en mi habitación y no salir, no dudes que sonreiré hasta en los peores momentos, por ti, por nosotras.
Que difícil va a ser olvidar ver como te ibas en el autobús destino Valencia, y yo tenía que verlo, mientras esperaba irme a Oviedo. Tenía ganas de llegar a casa y abrazar a mi familia, pero de lo que más ganas tenía aún era de quedarme allí, irme contigo al fin del mundo si hiciera falta. Te confieso que no he podido aguantar las lágrimas, mientras te ibas y leía la libreta, esa que guardo con tanto cariño y se irá conmigo a la tumba. Pero sonrío, recuerdo lo vivido y lo que nos queda por vivir. Porque por muchas veces que nos volvamos a ver, no pienso despedirme de ti ni una vez (realmente, ninguna de las dos veces anteriores lo he hecho), porque no me gustan, y porque no creo en ellas. Tan solo espero volver a verte, y que me llenes de fuerzas de nuevo para seguir, a tu lado, para siempre.
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