lunes, 26 de diciembre de 2011

Los sueños siempre se cumplen.

 Una persona que consigue hacerme conjugar en primera persona un montón de verbos. Luchar. Seguir. Caminar. Tropezar. Continuar. Reír. Llorar. Saltar. Disfrutar. Amar. Callar. Respirar. Mirar. Sentir. Vivir. Luchar. Solo una. Yo lucho, sigo, camino, tropiezo, continúo, río, lloro, salto, disfruto, amo, callo, respiro, miro, siento, vivo, lucho con y por él. Ese que sale cada jornada al campo que sea de cualquier ciudad y no se rinde, aunque sea con diez en contra, nunca tira la toalla. Lucha hasta el final, te guía el camino y te hace continuar, con una sonrisa o entre lágrimas. Lágrimas que él te secará, como solo un campeón sabe. Pero cuando sonríes por él... Esa es la mejor sensación del mundo, pone a miles de personas en pie, me hace perder la cabeza. Es un amor puro y desinteresado, de esos que se sienten en silencio porque así son más intensos, que te hace que aumenten las pulsaciones a trecientos, que con su mirada te da la vida. Y cuando le miras, piensas "si el lucha por sus sueños, yo voy a estar a su lado para vivirlos juntos en la distancia".
Una persona que consigue hacerme sentir tanto a la vez, no tiene precio. No le cambiaría por nadie a pesar de solo haberle rozado con la mirada. Una persona así, solo se merece un puto monumento, y miles de gracias por ser como es.


DB23.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Estás ahí?

Hola papá, estaba pensando en ti, como hago tantas veces a lo largo del día, y me apetecía escribirte. Sé que no leerás esto, pero quiero creer que sí, porque sigues aquí.
Se acercan las navidades. Tiempo atrás, tampoco tanto, por estas fechas estábamos viajando de aquí p'allá detrás de Ángel y el ciclocross, ¿te acuerdas? Nunca me gustaron las bicis, reconozco que iba solo por estar contigo porque durante toda la semana apenas te veía, tú volvías de trabajar a las ocho y media de la tarde, y yo me iba a dormir a eso de las diez. Pero desde hace dos años, me enseñaste tanto... Era rutina ir de carrera en carrera, yo preguntaba ya el lunes dónde era la siguiente, por verte sonreír. Ahora ya no estás. No quise ir este año a ninguna. No me veía capacitada, hasta ayer. Decidí ponerme la mochila al hombro e ir, volver a ver a toda esa gente maravillosa que conocí gracias a ti. Pero cuando me vi allí, rodeada de tanta rueda y de tanto barro, me sentí sola. Sentí que no debía estar allí, que no pintaba nada sin ti. Y era verdad. No tengo el valor aún de recordar tantos buenos momentos a tu lado sin ponerme a llorar, dicen que el tiempo todo lo cura, pero de verdad que cada día me veo más hundida sin ti. Me siento perdida, porque me fatas tú. Seré egoísta, pero quince años a tu lado, me siguen pareciendo pocos. Y ahora llegan las navidades... El año pasado ya estabas malo, y recuerdo verte en nochevieja junto a la chimenea, y yo abrazándote dándote más calor, para que sintieras que mi vida es tuya, que prefería darte mis latidos y que salieras adelante. Si por fuerzas, gana y esperanza hubiera sido, estas navidades serían otra vez especiales, por el hecho de que estuvieras a mi lado. No digo que estas vayan a ser las peores navidades de mi vida, pero se supone que son una época para estar todos juntos, en familia... Sabes que mamá y yo no nos llevamos bien, y que tú eras quien nos reconciliaba siempre. Ahora está siendo todo tan frío... Van a ser las más duras, eso sí. Si pudiera pedir ahora mismo un regalo, sería que abrieras la puerta y entraras por ella. Esto está siendo más duro de lo que parece, y sonreír sin tenerte a mi lado cada día me cuesta más. Te quiero, no olvides que siempre serás mi héroe.