lunes, 8 de agosto de 2011

Cuantas veces habré soñado con ese cuerpo.

Hace tiempo que miro el reloj y las horas pasan. Cada segundo pasa más lentamente que el anterior, y así los minutos, que parecen horas...  Así, así es como se pasa mi tiempo cuando no estás aquí. 
Levantarme, desayunar, mirarme en el espejo, comer, salir, beber, sonreír, correr... Millones de verbos que sólo se conjugan con una persona con nombre y apellidos. Date cuenta, todo lo que hago, lo hago por ti. 
Eres el motivo por el que sigo adelante, mirando de vez en cuando para atrás y recordar la vida que me has dado con tan solo una mirada. No sabes nada, pero grabé en la retina allá por diciembre una sonrisa que me regalaste, que jamás olvidaré...
Y nuestra foto. Me enamoré de aquel pelo mojado por la lluvia, de esas orejas tan tuyas, tan perfectas como todo tú. Tu nariz redondita, que me la comería a besos, igual que tu boca... Cuantas veces habré soñado con rozar esa boca, besarte hasta desgastarte... 

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