Es increíble como una sonrisa puede decir tanto de una persona, y llenarte por dentro, completarte.
Si ya me sentía feliz y afortunada por ser admiradora del mejor piloto tanto dentro como fuera de la pista, ahora más de saber que sí, que ha aceptado mi muestra de afecto y cariño, y eso, eso ha sido muy especial para mi.
Verte en directo, delante de mí con tu sonrisa, yo quedándome sin voz, sin palabras, temblando; tú hablándome y sonriendo, sin dejar nunca de sonreír. Eso ha sido un sueño cumplido el verte dos veces en un año, pero, sin duda, ¿sabes lo que más me gusta? Verte subido a tu moto, arriesgando tu vida a cada circuito, a cada curva, por hacernos felices. Eso no tiene precio, y quererte más que nunca cuando las cosas vayan mal, porque siempre, siempre, después de una tormenta siempre llega la calma. Tus alegrías son mis alegrías, y tus tristezas, mis motivos para recordar tu sonrisa y darme fuerzas.
Aunque lejos, muy lejos, yo te admiro. Hoy, mañana y siempre, contigo.
Until the end.
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