No me hace falta pensar mucho para recordar la última "derrota", es más, hace unas horas. Es una mezcla de rabia, impotencia y satisfacción. Contradictorio, ¿eh? Pues así es. En esos momentos prefiero quedar la última con una marca de mierda que estar ahí, viendo como suben al podio y mientras yo en la grada con lágrimas en los ojos.
Pero es increíble que llegue la persona que está conmigo cada día, luchando porque no me venga abajo en momentos como ese y me diga que cree en mi, y que eche la memoria unos meses atrás para ver todo lo conseguido, gracias al trabajo, las ganas y la ilusión que ambos pusimos. Así que no es momento para tirarlo todo por la borda, no va a ser todo de color de rosa, el color negro también llega a ser bonito si pienso en que eso me hará más fuerte y aumentará mis ganas de salir a comerme el mundo en la siguiente competición, el negro es mi color favorito.
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