Todo tiene un fin. Cuando algo empieza, todo es fascinante, no hay nada mejor, te sientes como en esa pequeña nube de algodón, todo es perfecto. Piensas en porqué alguien como tú ha tenido tanta suerte, sin tener belleza, dinero ni ningún lujo. Has conseguido un tesoro, y no hay mayor tesoro que las personas. Pero, ¿sabes? Todo tiene un principio y un final. Los cuentos, empiezan y se acaban, unos bonitos zapatos se acaban gastando, naces y sabes que algún día tendrás que morir.
Todo se acaba, pero siempre que pasa, algo nuevo nace. En eso se basa la madurez. La primera vez cuesta, la segunda ya es un pequeño entrenamiento, la tercera ya es pura experiencia.
Vale, es cierto... hay algo que nunca se acabará. Pero eso, tendrás que descubrirlo tú misma.
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