Antes de poner en duda una sola de mis palabras, dime cuando te he mentido. Por que puedo equivocarme pero no te engañaría. Puedo girar bastante más deprisa de lo que luego tardo en equilibrarme. Puedo maltratarlo todo aunque no quiera. Y hay cuando no tengo nada y puedo con todo, y hay cuando no puedo con nada, y además, no lo quiero. Puedo escribir páginas y páginas de mentiras en primera persona, que nada tenga que ver con mi ánima, ni con nada de nada. Cada kilómetro a la espalda le resquebraja a cada uno de manera distinta el espejo. Y yo sólo voy dejando aqui y allá pruebas inexactas.Y a veces que ni eso , te juro mi vida que hay veces que ni eso. Golpear y resbalar indistintamente piel a pared, moratones vitalicios sin memoria. Cada herida es un misterio en la resaca, y que quieres que te diga, tampoco procuro entenderlo. Por que el " Se mira pero no se toca " equivale al " se siente pero no se entiende". En cuanto a tentación y a los sentimientos se la traemos bastante floja, te lo digo por experiencia. Desarraigarse, mandarlo todo, maldita sea, por una vez, al infierno. Ser uno mismo a riesgo de caer en picado y para siempre en el intento. Aquí me tienes, con mi idilio de garrafón convertido en gas lacrimógeno. Te tomo prestada la mitad de tu pasado para derrochar, innecesariamente, cariño. Idílicamente tú, idílicamente yo. En el fondo mentimos como cosacos diciendo que en vez de evitar hundirnos, nos place la deriva, y que va en serio eso de que estamos locos y alegremente confundidos y tememos poquito más que la inseguridad. Antes, mucho antes de jugar a querernos
me acuerdo de situaciones lumínicas escandalosamente aburridas.Y de que vamos serenos con eso de que nunca seremos las cenizas de no vernos si bailamos, a las tres de la tarde como si fuesen de la mañana.La conclusión, la epifanía.
De que si no estoy, del verbo estar con mayúsculas, te quemas.He jugado a jugar contigo y me has ganado.Y ha habido veces en las que no estaba jugando pero jugaba a que no te dieses cuenta. He subido a lo más alto sólo porque luego la hostia iba a ser mayor. Ser o no buena gente, así, tan buenagentemente dicho puede, en fin, qué sé yo, pero puede
que sea saber quien te quiere. Que te lo mereces.
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