Y lo que pasa, no tiene pinta de ser nada bueno. Me parece bien que las cosas cambien, es lo suyo, pero me gustaría que por una vez, no tuviera que forzar mi sonrisa como cada día. Parece de lo más sencillo y natural en mi, pero en realidad cuesta mucho cuando ves que las cosas a tu alrededor no están en su sitio, que esos a los que más quieren cada día les cuesta más ocultar sus lágrimas, y lo ves, y te duele más a ti que a ellos esta situación. Cuesta más de lo que parece, mucho más. Quiero que ellos me miren, me escupan una sonrisa y me la contagien, quiero una de esas de verdad, no una forzada ni una momentánea. Una de esas que sientes cuando piensas en él y sin saber porqué sonríes. Por desgracia, lo mío no va por ahí, las cosas van peor y nada quiere salir bien.
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
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